El pez diablo es conocido como la especie exótica invasora perfecta, debido a las diversas particularidades de su morfología, fisiología y su comportamiento, que acentúan su potencial invasivo.
Desde su reproducción anual con una alta tasa de supervivencia debido al cuidado parental, hasta su comportamiento de anidación con hábitos nocturnos.
Esto los hace imperceptibles, por otro lado, la presencia de escamas con espinas y placas óseas en la especie forma una coraza rígida, que provoca que tenga muy pocos depredadores.